PROPOSICIÓN QUE PRESENTA EL GRUPO MUNICIPAL DE LA AGRUPACIÓN CIUDADANA INDEPENDIENTE PARA ARANJUEZ (acipa) AL PLENO DE LA CORPORACIÓN SOBRE LA PUESTA EN MARCHA DE PLANES DE INVERSIÓN, DE REEQUILIBRIO TERRITORIAL E INDUSTRIAL EN LA COMUNIDAD DE MADRID.
En 1900 Aranjuez era el municipio más poblado de la provincia (exceptuando la capital) con más de 12.000 habitantes. Entre 1910 y 1950 Aranjuez multiplicó por dos su población, cimentando su económica en la actividad industrial. La situación estratégica, el ferrocarril, la presencia del río, la llegada de multinacionales, la construcción de las colonias de viviendas ligadas a la actividad industrial y el empoderamiento colectivo que propiciaba la generación de sueldos estables hicieron surgir un ensanche residencial en una ciudad que durante el siglo XIX no lo tuvo (el Nuevo Aranjuez) y ayudaron a conformar el núcleo urbano tal y como lo conocemos hoy. Como decíamos, Aranjuez era la segunda ciudad de la provincia, superando a Alcalá de Henares y multiplicando por seis la potencia eléctrica instalada respecto a la ciudad complutense.
Sin embargo, la construcción de los polos de descongestión de las grandes ciudades durante el desarrollismo franquista hizo que las ventajas competitivas de nuestra ciudad (ferrocarril, agua, etc…) se vieran minoradas por la relativa lejanía a la capital, cuestión que sí aprovecharon municipios del entorno metropolitano. Esta situación se acrecentó durante los primeros años de la democracia y los primeros, especialmente, del autonomismo madrileño. Aranjuez era la única ciudad grande alejada del núcleo de Madrid, que crecía en mancha de aceite desde el centro metropolitano, quedándose en tierra de nadie y sobre todo, quedándose fuera de las grandes inversiones promovidas desde la Comunidad de Madrid. No se trata de comparar partidos o ideologías, sino de constatar una realidad. El ultraconservador Plan General de 1981 cercenó las posibilidades de crecimiento del centro histórico, ahogándolo, obviando su potencial comercial y terciario. Aranjuez empezó a perder comba respecto a municipios más cercanos a Madrid y mucho menos constreñidos por planes ultraconservadores, la población comenzó a desplazarse en masa a trabajar al sur metropolitano, al Corredor del Henares o a la capital… Aranjuez, que rozaba los 40.000 habitantes, empezó a estancarse, a perder población. La apuesta industrial ya no va a Aranjuez, lo deja de lado. Las crisis comienzan a cebarse con la ciudad, y la hecatombe definitiva llegó a principios-mediados de los años 90.
Aunque la expresión parezca un contrasentido, finales de 1993 y principios de 1994 marcaron el cénit de la decadencia de Aranjuez. España atravesaba una grave crisis económica pero la situación de Aranjuez era especialmente grave, a punto de convertirse en el municipio de 20.000 con más paro de toda España. La crítica situación de la práctica totalidad de las grandes empresas de la ciudad amenazaba con convertir Aranjuez en el Linares madrileño, o peor, en el Detroit español. Los datos eran apabullantes y aún hoy, desde la distancia, asustan.
En febrero de 1994, según cifras del INEM, el paro en Aranjuez había subido en apenas un año un 48%, coqueteando con el 30% de desempleo y más de 3.060 parados (una cifra superior a la actual, con casi 30.000 habitantes menos). La proverbial falta de inversión en este “sur del sur” llevaba años siendo patente sin que nadie hiciera nada por evitarlo.
El gobierno de la Comunidad de Madrid incumplía sus propios compromisos, ya que en el plomizo mes de noviembre de 1993 apenas había nada del compromiso de la Comunidad de invertir 3.500 millones de pesetas (suscrito en Aranjuez en el mes de febrero de ese mismo año). La movilización social de sindicatos, empresarios y vecinos en general empujó a la Comunidad a refrendar dicho compromiso y aumentarlo a 12.000 millones, aunque con poca concreción. Se hablaba del próximo polígono industrial en el Regajal (algo que poco tiempo después se acabaría materializando) pero no así, por desgracia, respecto al resto de compromisos. El consejero de economía regional prometía el Parque Tecnológico del Puente Largo, la creación de las Escuelas Universitarias de la Complutense, la rehabilitación del Teatro Real para finales de 1996, amén del nuevo plan de urbanismo. El PGOU se retrasó a 1996 (sigue vigente) pero de la universidad en Legamarejo o del Parque Tecnológico nunca más se supo. Tampoco se supo nada de Repsol, Valeo, Papelera Peninsular, Kas… y otras empresas que a priori se fijaron en nuestra ciudad y acabaron volando lejos de nuestros lares.
Contrariamente a lo que supone un sector de la población, la declaración de 2001 de Aranjuez como Paisaje Cultural supone un empuje económico indudable (en especial respecto al sector terciario). La llegada de la Universidad (primero CES Felipe II y luego la URJC) también contribuyó a recuperar patrimonio y a generar actividad económica. Con el grave altibajo de 2012 (casi 6.000 parados) y los cierres de AGFA y Unilever, Aranjuez ha mantenido una mala salud de hierro que le ha permitido salir de los atolladeros pero no recuperarse definitivamente.
¿Qué papel ha jugado la administración autonómica durante los años del autonomismo? Creemos que decepcionante. Con alguna notable excepción, la Comunidad de Madrid ha perpetuado el statu quo que ya se había esbozado con motivo de los planes de descongestión de Madrid. La Comunidad jamás ha compartido ni ha entendido la pujanza industrial de la ciudad. Aún peor, ha dejado que el conocido “efecto frontera” con Castilla-La Mancha hiciera de las suyas sin ninguna medida de contrapeso o estímulo. Si en los 90 era Mangada el que centrifugaba las inversiones al cinturón metropolitano o el corredor del Henares, en años posteriores la apuesta por la industria y la inversión productiva raramente bajaba más allá de Valdemoro.
Vamos a centrarnos en lo que vemos en la actualidad. Recientemente la Comunidad de Madrid presentaba la creación de distritos industriales especializados para reforzar el liderazgo económico de la región en la economía española. El objetivo no era otro que “impulsar polos especializados que contribuyan a un crecimiento diversificado y robusto que refuerce el liderazgo económico de Madrid”… A priori no suena mal. Suena peor que nuestra ciudad no aparece en ninguno de esos nodos.
Los dos primeros distritos estarían situados en el norte “centrados en los sectores biofarma y aeroespacial, en los municipios de Alcobendas, San Sebastian de los Reyes y Tres Cantos”. Los siguientes nodos estarían en el Corredor del Henares, agrupando logística, transporte, aeronáutica y defensa en Alcalá de Henares, Coslada, Torrejón de Ardoz, Getafe, Móstoles, Leganés, Pinto, San Fernando de Henares y Valdemoro. Estos proyectos vendrían acompañados de convenios de colaboración con ayuntamientos y asociaciones empresariales de cada uno de esos distritos, con una fiscalidad más favorable así como el apoyo a la internacionalización, la innovación y el aprendizaje.
Resulta curioso ver como aquellas zonas que ya tienen un gran dinamismo industrial van a ser aún más favorecidas con inversiones mientras zonas como la comarca de las Vegas, y en especial nuestro municipio, que necesita como el comer estímulos para la implantación de empresas, para luchar contra municipios con suelo mucho más barato y con unos condicionantes medioambientales mucho menores, se queda fuera de ese reparto de roles de desarrollo.
Tenemos claro que desde Aranjuez debemos protestar ante este nuevo ninguneo a nuestra ciudad dentro de la estrategia de desarrollo metropolitano de Madrid. Como debemos hacerlo ante la falta de planes de reequilibrio territorial que arrastra nuestra región desde que es región, da igual qué partido haya gobernado. Y no es la primera vez que desde acipa reivindicamos que el Pacto de Recuperación suscrito por todas las fuerzas políticas y agentes sociales en 2020 debe seguir vivo, pues los problemas endémicos de nuestra no han desaparecido con el fin de la pandemia sanitaria.
Así, en la parte dedicada a las medidas de implicación de las autoridades autonómica y estatal (II.3) se solicitaba a la Comunidad de Madrid que se derivaran al menos 1.200 millones de euros de sus presupuestos como recursos necesarios para la aplicación de medidas que paliaran los efectos del Covid-19 y que en su reparto se tuviera en cuenta la renta per cápita de los habitantes de cada municipio. En cuanto al Estado, se le pidió la adopción de medidas de flexibilidad económica para permitir a la administración local de la liquidez necesaria para afrontar las consecuencias del Covid-19.
Como decíamos, más allá de la situación pandémica, necesitamos un esfuerzo de reequilibrio territorial por parte de la administración que tenemos justo por encima, que es la autonómica. Y aunque no sea a través de un fondo extraordinario de reequilibrio, creemos que la Comunidad de Madrid tiene un instrumento a su alcance que entendemos puede ser muy útil para este propósito.
Uno de estos instrumentos es el Plan de Inversiones Regional (PIR o PRISMA). Se trata de una línea de inversión que refuerza la financiación local con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los vecinos “a través de una inversión regional destinada a acometer diversos proyectos dentro de los municipios madrileños (financiación de obras, suministros y servicios que tengan la consideración de inversiones, destinados al apoyo y colaboración con las entidades locales para el cumplimiento de sus obligaciones de transparencia y participación”)
El actual plan de inversiones PIR (2022-2026) cuenta con una cuantía de 1.000 millones de euros y en él participan todos los municipios madrileños salvo la capital. Y como siempre hemos señalado, el criterio de reparto depende en exceso del factor población. No es el único que se tiene en cuenta, ya que también se valora la renta, el desempleo o la superficie de espacio protegido… pero estos criterios se utilizan más que nada como valor de ajuste, siendo como decíamos la población el principal criterio. Un criterio que siempre hemos considerado equivocado.
De hecho en este PIR 2022-2026 se pretendió otorgar más preponderancia a los municipios menores de 20.000 habitantes, reforzando su inversión con casi 400 millones. Criterio que tampoco aceptamos ya que existen municipios menores de esa población con una alta renta per capita, obviando que estos municipios también están exentos de, por ejemplo, pago de tasas como la de incendios a la Comunidad de Madrid, siendo obligación de los municipios mayores de esta cifra la prestación de los servicios de extinción de incendios.
Creemos necesario un cambio urgente de este modelo de reparto de fondos PIR ya que actualmente no funciona como un verdadero instrumento de reequilibrio territorial. Un modelo en el que el criterio de población no sea el principal y sí lo sea la renta per cápita, la pérdida de convergencia interterritorial, el efecto frontera, la presencia de grandes áreas de terreno protegido y un objetivo deterioro económico.Aranjuez es un buen ejemplo de pérdida de convergencia respecto al resto de municipios de la Comunidad de Madrid en materia económica. En lo peor de la crisis de deuda de 2012-2013 nuestra ciudad ocupaba el puesto 317 a nivel nacional (en cuanto a renta disponible) y el 62 a nivel regional. En 2023 la situación, pese a haber aumentado la renta disponible, era cuantitativamente peor (puesto 500 y 76, respectivamente)
Dicho de otra manera, nuestra ciudad crece económicamente pero pierde fuelle respecto a otros municipios españoles y de la Comunidad de Madrid. Ya hemos pedido en numerosas ocasiones que el Ministerio de Hacienda, que nos somete a una fuerte condicionalidad, reconozca (dentro de los municipios en riesgo financiero) la singularidad de nuestra ciudad a la hora de, por ejemplo, gestionar tributos sujetos a exenciones producto de leyes como la de Mecenazgo (reduciendo, por ejemplo, nuestros ingresos por IBI, ya que propiedades del Estado están exentas del pago de este tributo) así como de las dificultades para generar espacios productivos por los condicionantes ambientales. Condicionantes ambientales que, dicho sea de paso, al ministerio de turno no parece preocuparle en exceso a la hora de aprobar la instalación de elementos industriales de impacto muy negativo como las macroplantas solares y sí cuando se trata de instalaciones productivas.En cuanto a la Comunidad de Madrid, y este es el objeto de la propuesta, estos datos evidencian que las políticas de reequilibrio fracasan con el sur metropolitano, ese sur del sur tan castigado por el paro, la despoblación, el efecto frontera y la obsolescencia de las infraestructuras.
Nuestro municipio debe ser principalmente el que encabece la solicitud para que se cambien los criterios de reparto, o al menos que esa apuesta que hubo en el PIR 2022-2026 por los municipios menores de 20.000 habitantes se traslade a los municipios más castigados por el declive industrial y la no llegada de políticas regionales de impulso económico. A la vez, debemos exigir y reivindicar que Aranjuez debe formar parte de los polos o nodos de desarrollo que la Comunidad de Madrid pretende desarrollar, porque quedarnos fuera sería la perpetuación y el ensanchamiento de esa brecha que no deja de crecer respecto a los grandes municipios metropolitanos.
También entendemos que esta apuesta debe formar parte de una iniciativa mucho más amplia que suponga un verdadero Plan de Reequilibrio Territorial en la Comunidad de Madrid y no tanto enfocado en la totalidad de los 178 municipios madrileños. Un plan que a diferencia del PIR no sea solo de gastos sino estrictamente de inversiones dinamizadoras, pensando también en las comarcas históricas como la de Las Vegas, castigadísima por el efecto frontera, la obsolescencia de sus infraestructuras y una carencia secular de inversiones. Es precisamente esa carencia la que impulsa a muchos municipios a aceptar en sus términos instalaciones aberrantes y sumamente perniciosas para el medio ambiente y la salud como los monstruos fotovoltaicos a cargo de fondos de inversión sin escrúpulos. Precisamente esta era la demanda que hacía el Pueblo de Aranjuez (organizado en torno a sus representantes políticos y sociales en 2020), la creación de este fondo de reequilibrio que venimos nuevamente a reclamar.
La Agrupación Ciudadana Independiente para Aranjuez (acipa) eleva al Pleno de la Corporación la siguiente Proposición, solicitando al equipo de gobierno:
- Que solicite por los cauces que estime (de manera bilateral, bien a nivel comarcal o mediante la Federación Madrileña de Municipios) un cambio en los criterios de adjudicación de los fondos del Plan de Inversiones Regional, abandonado o minimizando el criterio poblacional y centrando dichos criterios en otros medidores, poniendo especial énfasis en la renta per cápita, la retroceso en la convergencia económica con los municipios más ricos de la región, el efecto frontera con Castilla-La Mancha, el mantenimiento del Patrimonio Histórico y la reindustrialización.
- Que, en su defecto o bien de forma complementaria, se ponga en marcha un Plan de Inversiones especial destinado exclusivamente al reequilibrio territorial y no tanto a programas de gasto corriente para aquellas zonas históricamente abandonadas ante la inversión, como pueda ser la Comarca de Las Vegas, que ponga de manifiesto no solo la potenciación de la agricultura sino que también reconozca Aranjuez como polo industrial histórico y que ayude a mejorar las infraestructuras (a todos los niveles) de esta zona que arrastran una gran obsolescencia.
- Que se solicite a la Comunidad de Madrid que Aranjuez forme parte de los polos de desarrollo industrial madrileños, en atención a su historia como polo industrial, a su situación geográfica, a la pérdida de peso del sector secundario y al efecto frontera.
Última vez modificado: 19 noviembre, 2025
